Adiós, invierno 2022

Se terminó el invierno meteorológico, que abarca los meses de junio, julio y agosto y es momento de ver cómo nos fue en términos de precipitaciones y temperaturas.

Temperaturas

En cuanto a temperaturas, en general, fue un trimestre frío. Por un parte, la influencia de La Niña (ver figura 4) favoreció anomalías frías tanto de temperatura máxima como temperatura mínima en la costa del norte del país, mientras que el ingreso de masas de aire frío, por el sur, estuvieron asociadas a una importante disminución de las temperaturas mínimas (y también máximas) en el tramo entre Biobío y Aysén.

En la zona central, se observó un comportamiento menos homogéneo, aunque dominaron las anomalías más frías de lo normal.

Figura 1: Anomalías de temperatura mínima (izquierda) y temperatura máxima (derecha) durante el invierno 2022.

En cuanto a temperaturas, en general, fue un trimestre frío. Por un parte, la influencia de La Niña (ver figura 4) favoreció anomalías frías tanto de temperatura máxima como temperatura mínima en la costa del norte del país, mientras que el ingreso de masas de aire frío, por el sur, estuvieron asociadas a una importante disminución de las temperaturas mínimas (y también máximas) en el tramo entre Biobío y Aysén.

En la zona central, se observó un comportamiento menos homogéneo, aunque dominaron las anomalías más frías de lo normal.

A pesar de las anomalías frías, hacia final del trimestre invernal se registraron días extremos cálidos en la zona central, superándose los 30°C en Santiago (figura 2). Esta situación suele ser recurrente durante los inviernos (que se supere el percentil 90 de la distribución) y suele estar asociado al desarrollo de la vaguada costera. Estaciones del sur del país, en cambio, tuvieron peaks de temperatura más moderados en comparación con años anteriores.

Figura 2. Temperatura máxima más alta registrada durante el invierno (trimestre JJA) en Santiago, Concepción y Puerto Montt) entre 1961 y 2022. Cada valor corresponde la mayor temperatura máxima diaria registrada. Línea continua indica el promedio de temperatura máxima invernal y la línea segmentada el percentil 90 de la temperatura máxima, utilizando el periodo climatológico 1991-2020.

Precipitaciones

Las precipitaciones durante el trimestre de invierno tuvieron bastante variabilidad intraestacional, como se puede ver en la figura 3. El mes de julio fue mayormente lluvioso, dejando importante acumulados principalmente en el centro norte de Chile, sin embargo, junio y agosto no corrieron con la misma suerte.

En La Serena, durante los meses de invierno precipitaron 4, 80 y 0.2 mm, cuando lo normal es que precipiten 30, 17 y 13 mm, lo que deja al trimestre con un acumulado total de 84.2 y un superávit del 43%.

En Santiago, los tres meses del invierno acumularon 27.5, 69 y 23.1 mm, mientras que lo normal es 80, 50 y 44 mm (en promedio). Por eso, el trimestre de invierno terminó con un 31% de déficit de precipitaciones.

Temuco, por otra parte, registró un acumulado invernal de 506.4 mm, ligeramente por sobre los 501 mm que caen climatológicamente en promedio. Esto, principalmente favorecido por las anomalías positivas del mes de julio. En total, el invierno terminó con un superávit del 1%.

Figura 3. Anomalía porcentual de precipitación invernal, trimestre JJA (izquierda). Anomalía porcentual de precipitación para los meses junio, julio y agosto (derecha).

Más al sur, en Coyhaique, el déficit invernal alcanzó un 27%. Los meses invernales estuvieron bajo los promedios climatológicos con 114, 72.7 y 85.6 mm acumulados en junio, julio y agosto, respectivamente, mientras que las normales son 390, 259 y 272 mm.

La presencia de La Niña, anomalías positivas de la presión, aunque ligeramente fuera de su posición climatológica y la persistente presencia de una zona cálida en el mar al Este de Australia pueden ser parte de las razones de porqué este invierno, a pesar de las lluvias registradas, terminó en general con números bajo los promedios (figura 4).

Las precipitaciones registradas estuvieron asociadas principalmente a ingreso de frentes fríos, con masas de aire polares que favorecieron un descenso en las temperaturas, como se comentó anteriormente.

Figura 4. Anomalías de temperatura superficial del mar (colores), presión a nivel del mar (contornos), y viento en 850 hPa (vectores) durante el invierno 2022. Flechas gruesas representan las anomalías de viento en 200 hPa.

Ahora una comparación entre los montos acumulados durante este invierno con lo registrado en los inviernos pasados desde 1961.

A pesar de las cifras entregadas previamente, este invierno nos pareció más lluvioso que otros. Y es que el año 2021 había sido uno de los años más secos en el registro y probablemente aún teníamos fresco su recuerdo.


En la figura 5 se muestra una comparación con otros inviernos, desde 1961 en las mismas estaciones utilizadas previamente, a modo de ejemplo.

En La Serena, podemos ver que este invierno fue el más lluvioso de los últimos años, sólo superado por 2011. También podemos ver la gran variabilidad que presenta esta estación, oscilando entre años muy secos a otros muy lluviosos.

Santiago tuvo más precipitación que el 2021, pero menos que 2020. En general, la capital recibió la precipitación típica observada durante la Megasequía (desde 2010 hasta la fecha).

En Temuco, en cambio, el panorama estuvo mejor, superando en precipitación a la mayoría de los años de la Megasequía.

Por último, Coyhaique, tuvo un invierno bajo en precipitaciones, que comparado con otros años podemos ver que fue significativo. Lejos de los montos registrados en años previos en la estación.

Figura 5. Precipitación acumulada durante el trimestre JJA entre 1961 y 2022 en La Serena, Santiago, Temuco y Coyhaique.

Deja un comentario